¿Te has dado cuenta de que cada vez que estás triste tiendes a respirar de una forma diferentes a cuando estás alegre, enojado o tienes miedo?
Ello ocurre debido a que la respiración tiene directa relación con nuestros estados emocionales. Por eso es tan importante aprender a respirar de forma consciente.
Cuando hablamos de respiración lo primero que te viene a la mente son los pulmones, el aire que entra y sale por la nariz. Y si eres más técnico en la materia, podrás pensar en el diafragma contraído y relajado, los músculos abdominales, intercostales, los hombros, el cuello, músculos como el escaleno, el esternocleidomastoideo, trapecio… Pensarás en las fosas nasales y parte del sistema respiratorio, por donde entra el oxígeno que alimenta nuestras células y sale dióxido de carbono. A grandes rasgos, eso sería nuestra respiración.
¿Te has dado cuenta de que cada vez que estás triste tiendes a respirar de una forma diferente a cuando estás alegre, enojado o tienes miedo? Ello ocurre debido a que la respiración tiene directa relación con nuestros estados emocionales. Por eso es tan importante reconocer tanto la forma de respirar en relación con nuestro estado de ánimo como identificar lo que pasa en nuestra mente en cada estado anímico y lo que sucede cuando conscientemente cambiamos nuestra forma de respirar. ¿Quieres probar? Adelante.
¿Cuesta, verdad? A lo mejor quisieras preguntarme en este momento: ¿cómo quieres que cambie mi respiración si estoy llorando y tengo pena? ¿cómo quieres que cambie mi respiración si estoy enojado y muy molesto? Pues no te puedo decir cómo, lo siento, sólo que respires de manera consciente.
Reeducar la respiración
Lo que sí puedes es aprender a reeducar tu forma de respirar por medio de la respiración consciente, y con ello te será más fácil identificar tus estados emocionales, al igual que tus pensamientos. Haciendo solo eso lograrás entrar en un mundo de beneficios, ya que podrás poco a poco disminuir el tono emotivo que causan en ti las situaciones externas, incluso las que son tuyas (nada es tuyo), pudiendo vivir de forma más neutral, o eligiendo lo que sientes, cuándo sientes y cómo sientes.
¿Te imaginas una vida sin sufrimiento, sin miedos, sin enojos? Con el Yoga es posible. La ciencia dice que podemos eliminar el sufrimiento en un 85% de nuestras vidas, el otro 15% viene por nacimiento. Buda señalaba que practicando las Cuatro Nobles Verdades y siguiendo el Óctuple Camino, deberíamos evitar todo sufrimiento en nuestras vidas. Para caminar por esta senda, la respiración puede ser una gran aliada.
Una respiración es inhalar y exhalar en los tiempos de cada uno. Un pranayama es el ejercicio consciente de inhalar, retener, exhalar y retener, volviendo al ciclo. Remarco la palabra retención porque es aquí donde se produce la magia del pranayama.
No te sobreexijas, comienza con lo básico en tiempos de retención: 1 segundo puede ayudar, luego de un tiempo y práctica puedes ir avanzando en ello, verás en ti los beneficios, e incluso tus más cercanos te dirán si observan algún cambio en tu forma de ser.
Bienvenid@s a disfrutar de un Yoga simple, útil y práctico.